Saturday, October 8, 2011

Un día cualquiera

Algunos nos habéis preguntado cómo es nuestra vida aquí, cómo repartimos nuestra actividad. Aunque no hay ningun día igual, voy a intentar hacer un resumen de una jornada más o menos normal.
Nos levantamos con las gallinas. Tal cual, pues los gallos no dejan de cacarear. Nos aseamos, con ciertas dificultades… Nos vestimos con rapidez. No dedicamos ni un momento a elegir el atuendo, solo la camisa y pantalón sucios del dia anterior. Nos vamos al desayuno, un simple café o te y pan con miel. Y menos mal, pues para un día que hubo variedad, nos pusieron café con “batatas” para mojar.
Los días son calurosos a rabiar, pero por las mañanas la temperatura es bastante soportable. Estos últimos días incluso ha amanecido algo nublado y con un vientecillo muy agradable. Los oriundos aprovechan para sacar la ropa de ski. Increíble, ahora ya lo hemos comprobado. O ellos o nosotros tenemos el termostato estropeado. Van con jerseys, chubasqueros, cazadora y algunos casi anoraks
Las actividades varían según las necesidades. Unos días vamos al invernadero a ayudar con los tomates. Otros vamos a la oficina a organizar los inventarios de las manualidades, de camino visitamos a algún niño o pasamos por la clínica. Pero obligatoriamente, todos los días, visitamos los hogares, inventariando las necesidades básicas y/o defectos de cada casa con el fin de intentar soluciones duraderas. En otro capítulo intentaremos contar nuestro proyecto (Home Maintenance) al que estamos dedicando la mayor parte de nuestro esfuerzo.
Esto es bastante pesado y lento, en parte por las distancia a recorrer, pero sobre todo por la dificultad del idioma. Las abuelas no hablan apenas inglés y los chicos que podrían traducirnos , no llegan del colegio hasta las 7:00pm, así que hemos aprendido un poquillo de swahili y kikumba para al menos saludar y hacerlas reír. Hasta ahora hemos visitado 80 casas y en todas nos han recibido con mucho cariño, incluso las más pudientes nos dan un huevo alguna que otra vez.
A la 1:00 de la tarde comemos. No cuento el menú, pues seguro lo imaginaís. A estas horas los mas beneficiados son las gallinas y los gatos , con los que compartimos casi siempre mesa y la mitad del plato.
Por la tarde, justo a las 3:00 y aprovechando la solana es cuando abrimos nuestro “consultorio femenino” para las niñas adolescentes. Aquí hay para escribir un rato, aunque me parece lo más duro. A veces visitamos el centro de educación profesional, para ver como se desarrollan los encargos pendientes solicitados por los voluntarios. Creo que nos va a toca coser.
Hacemos reuniones con las susus, (abuelas) que junto con una interprete nos ayuda a explicar, insistir y motivar cómo mejorar las artesanías, la organización de las casas, la limpieza del entorno, etc. Muchas cosas las saben hacer de sobra, pero en general se dejan llevar por esa ”Típica Cultura del País” donde el basurero está siempre a sus pies. Todo esto va a ritmo africano, y no es de extrañar, pues con este sol de “In-Justicia” y la dieta tan baja en proteínas, no les queda muchas fuerzas para trabajar.
La cena es a las 7:00, pero a esas horas las judías no nos apetecen. Soñamos con una ensaladita de tomates que de vez en cuando conseguimos y que es con lo único que últimamente nos alimentamos. Y para terminar nos vamos a casa donde nos espera nuestro “safari” particular , pues casi todos los días salimos de caza. Hay unos bichos voladores gigantes, por no hablar de las cucarachas. Nuestro cuarto está siempre a oscuras para evitar su entrada. Las camas tienen unas redes que nos protegen de todas estas plagas.
¿Cómo lo llevamos? Pues la verdad, bien!!! Es básico ir acompañado. Mabel y yo lo pasamos según ratos. Unas veces nos reímos, otras lloramos. La aprensión a los bichos hace tiempo que la tenemos muy superada. El hambre… incluso contentas por el tipazo que se nos esta quedando Pero estamos aprendiendo un montón, pues como dice un artículo que me acaban de enviar: “La solidaridad se aprende con el contacto”