Wednesday, October 12, 2011

Fuego, fuego, fuego

Vimos fuego anoche. Lo vimos perfectamente pues estaba en el monte de enfrente. Había tres focos y como hacía mucho viento, los tres corrían muy deprisa. Nosotras estábamos muy inquietas. Si nos quedamos dormidas, qué pasa si se propagan las llamas. A nuestro alrededor, nadie se inmutaban. No sé si estan acostumbrados, pero la verdad no están nada preocupados. El viento soplaba a nuestro favor. Insistimos en hacer algo: al menos vigilar durante un rato para evitar que en el fuego se propagase y fuéramos todos a arder. No os preocupéis, decían, en dos horas seguro se acaba. Son pequeños focos y los pueden controlar. Esas tierras son del gobierno y es donde se está construyendo la Universidad.
Hoy hemos salido de nuevo con la Asistente Social en busca y captura de la gente con mucha necesidad. Entre varios casos desesperados, uno nos ha llamado la atención. Es una madre, tres hijos , todos pequeños y muy desnutridos. Vamos a buscarla pero no es fácil dar con ella. Su choza no está donde las otras. Buscamos en varios sitios y por fin aparece la madre de la mano de uno de los colaboradores. Sube al coche y nos pide ir al colegio donde están sus hijos. Parece que tiene necesidad de verlos. En sus ojos asoma alguna lágrima y los niños viene corriendo al ver nuestra presencia. Buscamos un lugar donde reunirnos ya que no nos lleva a su “casa” y eso resulta muy raro, pues para tener los informes bien documentados, siempre se hacen las fotos de las familias en sus hogares.
Por fin llegamos a un descampado donde nos cuenta su vida. Ella es seropositiva. Los niños, gracias a Dios, se han salvado. Su marido murió hace a un año y ha sido un novio quien la ha infectado hace poco tiempo. Si le veo otra vez le mato -comenta- nunca podré perdonarlo. Vivian en una choza mísera, en medio de un páramo. Los dueños no le dejaron quedarse. Tuvo que marchase. ¿Qué que les importa? dice. Aquí a nadie molestamos, solo son maderas y cuatro palos. No tengo una cabra, ni pollos, ni ganado. Vivimos de quemar ramas secas para hacer carbón, venderlo y tener algo con lo que ir tirando. No hay nadie en esta zona. Los edificios que se están construyendo están lejos, al otro lado del campo. Pero ellos se empeñan, no quieren que nos quedemos, quieren a toda costa echarnos de aquí. Ayer lo consiguieron… son tierras del gobierno, donde se levantará la Universidad. Ayer nos quedamos sin techo porque ayer lo quemaron todo.